10/15/2009

Vitaminas



Ayer se topó con unos ojos que extrañamente creía olvidados.

En menos de un segundo rebuscó mil momentos que pensaba haber abandonado en algún lugar de un bosque perdido encerrados en un baúl del que no sabía donde estaba la llave.
Fue la sensación de tirarse de cabeza desde un acantilado al mar la que hizo que se perdiera en una sonrisa que añoraba.

Al despertarse, con el reflejo de un sol anaranjado que le besaba la cara, se dio cuenta que los había echado de menos. A los ojos.

Y a él.

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