6/15/2013

Habla bajito y tu voz sonará más fuerte.


Escribamos otra vez. Empecemos por lo fácil: a-b-c-d-e-... el abecedario y luego los números, 1-2-3-4. Quizá también las preposiciones, que me gustan más porque no todo el mundo se las sabe tan a pies juntillas: a-ante-cabe-bajo... O puede que mi cariño esté en ese carácter firme que tienen, quien sabe.
Y a partir de ahí ya podremos volver a buscar el sentido, aunque sea inconexo, poco a poco, que ya sabemos que Roma no se construyó en un día.

¿Estás muy perdido? Vuelve a casa y respira si te quedan pulmones, sino tendrás que fabricarte unos nuevos aunque sea a pedales y seguir nadando. Aunque atravesaremos océanos sabiendo ya que los problemas se eligen y las soluciones son poemas con rima asonante; pero, sobretodo, que los que siempre estuvieron cerca son los que te acompañarán mañana.

Ahora, como todas las mañanas, sonríe y lucha. Y baila bajo la lluvia, que no pasa nada porque de vez en cuando se empape tu corazón.


¡Buenos días princesa! 
He soñado toda la noche contigo, 
íbamos al cine y tu llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto, 
solo pienso en ti princesa, 
pienso siempre en ti.
(La vida es bella - Roberto Benigni)