1/16/2014

Tú me (te) regalas.


Trovo tra cielo e terra una sonata di Wagner
dalle cromie dure y volti seppia
dalle curve distratte e dagli accenti incalliti. 
Piena di angoli vuoti di tempo e di mani incerte, 
a pugni chiusi, eterne, colmi di lussuria,
profuse di profumi e ombre e miele
dove sognare è conseguenza di vedere, sentire, 
morire, 
Volare. 


Encuentro una sonata de Wagner entre el cielo y la tierra
sus tonos son ásperos y sus caras color sepia
tiene curvas distraídas y acentos endurecidos. 
Llena está de ángulos vacíos de tiempo y de manos inciertas, 
con los puños cerrados, eternas, llenas de lujuria, 
profusas de perfumes y sombras y mieles
donde soñar es consecuencia de ver, sentir, 
morir, 
Volar. 


O: «Exactamente. Haciéndole sufrir. No basta con la obediencia. Si no sufre, ¿cómo vas a estar seguro de que obedece tu voluntad y no la suya propia?. El poder radica en infringir dolor y humillación. El poder está en la facultad de hacer pedazos los espíritus y volverlos a construir dándoles nuevas formas elegidas por ti.
¿Empiezas a ver qué clase de mundo estamos creando?. Es lo contrario, exactamente lo contrario de esas estúpidas utopías hedonistas que imaginaron los antiguos reformadores. Un mundo de miedo, de ración y de tormento, un mundo de pisotear y ser pisoteado, un mundo que se hará cada día más despiadado. El progreso de nuestro mundo será la consecución de más dolor. Las antiguas civilizaciones sostenían basarse en el amor o en la justicia. La nuestra se funda en el odio. En nuestro mundo no habrá más emociones que el miedo, la rabia, el triunfo y el autorrebajamiento, todo lo demás lo destruiremos, todo.
Ya estamos suprimiendo los hábitos mentales que han sobrevivido de antes de la Revolución. Hemos cortado los vínculos que unían al hijo con el padre, al hombre con otro y al hombre con la mujer. Nadie se fía ya de su esposa, de su hijo, ni de un amigo. Pero en el futuro no habrán esposas ni amigos. Los niños se les quitarán a las madres al nacer, como se les quitan los huevos a la gallina cuando los pone. El instinto sexual será arrancado donde persista. La procreación consistirá en una formalidad anual como la renovación de la cartilla de racionamiento. Suprimiremos el orgasmo. Nuestros neurólogos trabajan en ello. No habrá lealtad; no existirá más felicidad que la que se debe al Partido, ni más amor que el amor al Gran Hermano.
No habrá risa, excepto la risa triunfal cuando se derrota a un enemigo. No habrá arte, ni literatura, ni ciencia. :Cuando seamos omnipotentes no necesitaremos más ciencia. No habrá ya distinción entre la belleza y la fealdad. Todos los placeres serán destruidos. Pero siempre, no lo olvides, Winston, siempre habrá el afán de poder, la sed de dominio, que aumentará constantemente y se hará cada vez más sutil. Siempre existirá la emoción de la victoria, la sensación de pisotear a un enemigo indefenso. Si quieres hacerte una idea de como será el futuro, figúrate una bota aplastando un rostro humano...incesantemente...
W:...Es imposible fundar una civilización sobre el miedo, el odio y la crueldad. No perduraría.
O: ¿Por qué no?
W: No tendría vitalidad, se desintegraría, se suicidaría.
O: No seas tonto. Estás bajo la impresión de que el odio es más agotador que el amor. ¿Por qué va a serlo?»
(1984, George Orwell) 

1/01/2014

2013+1



Hacía más de dos veranos que la Chica del Corazón Grande no sacaba la pluma a pasear. Había abandonado el frasco de la tinta en el fondo de un cajón que ya creía enterrado en el mar y había permitido que sus falanges se oxidaran tanto que ya no podía ni siquiera articularlas. Sus gafas amarillas  también debieron terminar con la misma suerte ya que la perspectiva se había distorsionado tanto que no había sido capaz ni de palpar su vientre.
Pero con la fortuna del viento que siempre la acompañaba, esa estrella que siempre había estado presente cuando aparcaba, el primer día por la mañana llegó la música que la llevaba a casa.
Fue así cómo se sentó de nuevo en su escritorio de manera, puso delante una hoja de papel en blanco y sus sueños volvieron a echar a volar.

Querido 2014, 
No quiero pedirte nada que no me haga feliz este año, así que voy a empezar diciendo que sólo quiero hacer más cosas de esas que me hacen estarlo. Te pido también una dosis ingente de ideas claras sumadas a una buena inyección de humildad para no olvidarme nunca de cómo pisan mis pies la tierra. Trabajo duro, compañerismo y amistad de la buena. Quiero nuevos proyectos, y cuidar los antiguos como bien se merecen, sí, esos que pese a labrarse desde hace tiempo siguen siendo tan presentes o más que los que se están forjando ahora. Salud, sonrisas, momentos que me dejen sin respiración, regalos que no tengan precio, viajes y escapadas, perderme por Berlín y volver a encontrarme en Singapur, caricias, carne de gallina y muchos más epílogos de estos que me gusta completar. 
Escribir, escribir, escribir y sonreír todavía más, pero sólo de felicidad, ya no valen sonrisas de fortaleza. 
Quiero canciones, oportunidades, un poco de radicalismo, imaginación a raudales y quererme un poquito más a mi misma. Aprender a decir "no", cometer errores y aprender de ellos, besos, besos y más besos, ayudar, mar, Juana y casa. Más libro y menos ordenador, detalles en cantidades industriales, recordar en el camino hacia delante, llorar de alegría y saltar al vacío. 

Y no, 2014, no te equivoques, no son propósitos. Esto, me lo debes.