7/22/2012

Que quién te diga qué.




Había sido siempre el chico simpático que pasaba desapercibido. Si preguntabas por él, lo más común era escuchar un: "Sí, Alfred, un tipo majo..." pero te enfrentabas a la total incapacidad de definir un rasgo de su cara. Y sus días pasaban así, ausentes, porque él había decidido que así seguiría siendo el resto del tiempo. Se había acostumbrado a ser un simplón, a permanecer al margen, a ser el buen amigo de la chica de la que siempre había estado enamorado.
Cuando por las mañanas, con mi taza de ILondon cargadita de cappuccinos de tranquilidad y vientos del norte, me paro a observarle, puedo ver al niño que creció conmigo jugando al pilla-pilla, al mismo, sólo que con unas cuantas tallas de pantalón más (pero no muchas). Me quedo mirándole como si me diese pena, como si por una parte me gustase que se quedase bajo la lluvia hasta que su corazón se empapara mientras que por otro lado se me antoja necesario que siga comprando el periódico a la misma hora cada amanecer. Para luego llegar a mi puerta y contarme qué pasa en el mundo.




I bet you get into these dramas all the time like with Jeff and me. Where you cause all this drama and you've no idea why. I'm my opinion, you're doing it to distract yourself from becoming the person you're meant to be. She might not look like the way you pictured when you were aged 16. Her job might not be cool. Her hair might not be floating like a mermaid. And she might be serious about some things. Or someone that might be a lot happier than you are right now.
(Girls - leave me alone)

7/09/2012

Yo sí quiero un título.




Se podía llegar a plantear la vida incluso como una rueda, observando lo monótona y aburrida que debía de ser una de sus jornadas. Regresar siempre al principio, irse una noche a la cama para saber que en unas horas tenía que volverse a levantar.
Desde que volviera de los confines de los brazos de su abuela, Silvia caminaba siempre por las mismas calles, iba a los mismos sitios, veía a la misma gente en el autobús y leía los mismos libros; pero lo peor de todo, sin duda, era que siempre estaba la misma persona al otro lado del espejo, con los mismos gestos, iguales caras, una y otra vez. No era que hubiese perdido su vida como si de un aéreo con destino al lugar más magnífico del mundo se tratase, era más bien la inconsistencia de ignorar cuáles de los caminos que tenía delante estaba más iluminado.
Tanto calor fuera y tanto frío dentro, las flores que normalmente poblaban sus faldas se habían vuelto lacias, el olor de la ciudad imploraba con urgencia la presencia de unos nuevos zapatos, o de un captador de luces como el de Dumbledore, para luego poder encender las farolas que se encontrase.




“La esencia de mi opinión actual es que los sentimientos son la expresión de prosperidad o de la aflicción humanas, tal como ocurren en la mente y el cuerpo. Los sentimientos no son una mera decoración añadida a las emociones, algo que se pueda conservar o desechar. Los sentimientos pueden ser, y con frecuencia son, revelaciones del estado de la vida en el seno del organismo entero: una eliminación del velo en el sentido literal del término. Al ser la vida un espectáculo de funambulismo, la mayoría de los sentimientos es expresión de la lucha por el equilibrio, muestra de los ajustes y correcciones exquisitos sin los que, con un error de más, todo el espectáculo se viene abajo. Si hay algo en nuestra existencia que pueda ser revelador de nuestra pequeñez y grandeza simultáneas, son los sentimientos.”
(Antonio Damasio - En busca de Espinoza)