5/20/2011

En la danza de su demonio con su diablo.






Empezó en otoño y duró casi hasta la primavera. A medida que el año se iba volviendo cada vez más oscuro y frío ella se hacía cada vez más débil. Terminó por mover su cama al lado de la ventana, intentando acariciar la luna antes de que se volviese loca. Desde allí observaba pasar a la poca gente que salía a tirar la basura, las nubes, los árboles moverse, el gato de la vecina peleándose por volver a entrar en casa... Era cuestión de acoplar ese espacio que antes llenaban litros de inconstanteces.
Y terminó. Casi sin que se diera cuenta. Dejando, mientras pisaba con sus converse negras de charol el suelo de piedras, una extraña sensación de alivio que se acompañana por un enorme vacío. Que se olía, que se notaba, que se sentía.
Monipenny sabía que habían cambiado cosas desde que no se miraban. Y eso que le gustaba mirarle y perderse en sus rizos, que se largara por las mañanas sin ni siquiera compartir un sorbo del té.
Recordaba como a él le gustaba abrazarla y quitarla la ropa. Matarla a cosquillas de vez en cuando. Hablar de cosas banales y que parecieran importantes.
El asiento de la parada del autobús ahora se había deshelado. Lo que son las cosas, ya no le regalaría una mirada ni aunque fuera el dueño de su universo.





"Hay un momento determinado en la noche, cuando los niños ya están dormidos y los maridos han empezado a roncar en que las mujeres permanecen despiertas pensando en los secretos que han estado ocultando a sus amigas. Ya sea una boda improvisada, o un tumor recién diagnosticado, o un embarazo fingido. Lo cierto es que no podrán pensar en otra cosa hasta que surja algo que les recuerde que las demás personas también tienen sus secretos". "Hay un momento determinado de la mañana cuando los niños ya se han ido al colegio y los maridos se han ido a trabajar en que las mujeres piensan en los secretos que han estado ocultando a sus amigas. Y en la sorpresa que se llevarían si se descubriese la verdad. Y en como harán todo lo posible por impedir que eso pueda suceder. ¿Pero qué hay de esas afortunadas mujeres que no tienen ningún secreto que guardar?¿En qué piensan ellas cada mañana? Esas mujeres se pasan la mañana pensando en sus vecinas y en los secretos que pueden estar guardando"
(Desperate Housewives)

2 comentarios:

  1. Nunca se te agotan las ideas, desde luego, que nivelazo hay siempre en este blog. Oler ese vacío puede ser incluso duro, un saludo enorme!

    ResponderEliminar
  2. Doy la razón a Big.Small
    me sorprendes, relato a relato, siempre ¿has pensado en recopilarlos hacer un libro?

    Quiero un ejemplar.

    Un beso

    ResponderEliminar

LOCURA(S)