6/05/2011

Aquí mando yo.





-Es como si hubiesemos tratado al mundo como si fuera un país chiquitito chiquitito.
Moira estaba sentada en el viejo columpio del árbol, llevaba puesta una falda de flores de gasa que había sido de su abuela y unos botines de cuero marrones. Mamá no podía entender cómo venían esas modas de vestir zapato de invierno con las piernas al aire. Con el brazo izquierdo se agarraba a la cadena mientras que en la mano derecha sostenía una manzana bien amarilla a medio roer.
A ella siempre le había gustado cambiar el sabor de las cosas. No de todas, simplemente le echaba un chorrito de limón y una buena cucharada de azúcar a todo lo que no le gustaba cómo olía; otro viejo regalo de la abuela.
-Deberías dejar de leer esos libros Jack, sólo van a hacer que tengas la cabeza más grande. - Dio un salto y cayendo sobre una hoja de laurel se precipitó hacia la mesa blanca en la que él estaba sentado.
Ese día Jack estaba diferente, era como si le hubieran pintado de acuarela: le habían cambiado el color pero no habían conseguido que cubriese todo el papel dejando que se quedara traslúcido.
Él no contestó, la miró sentarse en una de las sillas de madera y subir su pierna por encima del apoya brazos estirando su cuello hacia el sol.
Se quedó ahí quieta por horas, viéndole pasar hojas y hojas, con la manzana todavía en la mano.
-Me voy a la cama Moi, empieza a hacer frío.
- No entiendo por qué te empeñas en tenerme aquí, en atraparme contigo. 
-Nadie te ha obligado a estar. Si quieres me doy la vuelta, vuelvo a contar hasta diez como cuando éramos pequeños y te doy tiempo para esconderte... 
-La realidad no es siempre lo que esperábamos Jack, pero siempre está ahí, a la vuelta de cualquier esquina, aguardándonos como si fuera un perro de presa. 
Jack empezó a subir las escaleras del porche. De pronto se giró a mirarla y ella volvía a estar subida en el viejo columpio. Le gritó que necesitaba darse una ducha. Ella le contestó que esperaba que fuese con mucho zumo de limón.





No quiero necesitarte.
-¿Por qué?
-¿Por qué? Porque no puedo tenerte.
(Los puentes de Maddisson)

8 comentarios:

  1. Meeencanta la peli de Los puentes de Madison, a mi me la recomendó él cuando se fue de viaje una de las primeras veces nada más empezar, y me trajo muy buenos recuerdos, es una gran película :)

    ResponderEliminar
  2. Me encantó... sencillamente eso. En serio.

    ResponderEliminar
  3. Ese día Jack estaba diferente, era como si le hubieran pintado de acuarela: le habían cambiado el color pero no habían conseguido que cubriese todo el papel dejando que se quedara traslúcido.


    Increíble.

    ResponderEliminar
  4. Me encanta que no entiendan las modas de nbotas y faldas finas..
    O las botas y los pantalones cortos en mayo.
    Que bonito, me ha inspirado lo que has escrito

    ResponderEliminar
  5. Hoy he tenido palabras para expresar lo mucho que me gsuta tu blog :) deberias como siempre haces, pero hoy con mas motivo, pasarte por el mio! Un abrazo!

    ResponderEliminar
  6. Me has dejado asombrado con tu comentario, con tu permiso, quiero ponerlo en mi próxima entrada, es un orgullo que la primera persona que me comentó y que lo siga haciendo sea capaz de expresarse de esa manera. Eres increible, de verás.

    ResponderEliminar
  7. Precioso texto... y tu blog también =) Voy a seguir cotilleando, pero antes de despedirme quería invitarte a mi baúl, por si quieres compartir algún sueño con todos los amigos de Coquette. Te espero!
    Hasta pronto ^^

    ResponderEliminar

LOCURA(S)