11/21/2011

Morir, Morir. ¡Qué cómodo!


El teléfono estaba sonando. Le hubiese gustado estar de vuelta en la cama para poder ponerse la almohada sobre la cabeza e ignorar el ladrilleante despertar de sus juanetes. Una de las cosas que más apreciaba de ese catre inmenso era el olor de las sábanas, no sabía bien si era el suavizante o el sudor que desprendía entre sus pesadillas. 
Descolgó el aparato y lo dejó sobre la mesa boca arriba. Pudo oír el recuerdo de una voz familiar, que al fin y al cabo le acompañaba allá por donde iba, así que lo ignoró y continuó con la tarea. Hoy los tacones clavavan su aguja hasta el fondo del corazón. 
Hacía ya tiempo que Jack se había marchado, ni Jen ni Moira habían vuelto a oír de él, era como si el bucle en el que estaban incrustadas se disipase entre las alcantarillas. Es curioso ver cómo la infidelidad es contagiosa. Mientras, se oponían a admitir que un día estuvieron enamoradas. 
-¿Un martini, Rubia?- Ric siempre aparecía en los momentos más inadecuados con propuestas de lo más adecuadas. 
-Si hoy bailase contigo, me marearía.- le dijo ella apagando la luz de su escritorio y cogiendo la blazer camel del respaldo de su silla.
Se soltó el pelo. Lo hizo sabiendo que con eso ya lo tendría todo ganado.




"Las palabras no pueden transmitir la impresión exacta de las noches de Venecia, aunque sin duda son un medio más adecuado que la pintura para tal fin. Aquél no era sino uno de los múltiples tipos de noche veneciana; una noche maravillosamente azul, de calma aterciopelada, aroma fresco y una magnífica amplitud, salpicada de un tropel de basílicas, palacios y campanarios, moteada de líneas y puntos luminosos en las plazas y los muelles, alumbrada por antorchas y faroles que se reflejaban en las lóbregas aguas. Lee estas palabras y contempla una noche veneciana -sólo un tipo de noche veneciana, recuerda-; después dirígite al palacio Pesaro y en la Galería de Arte Moderno verás de qué modo se representa en la pintura la noche veneciana. Puede expresar todo excepto la luz de las estrellas, azul y ondulante, la amplitud, la tranquilidad, el efluvio, la profundidad brillante y aterciopelada."
(El deseo y la búsqueda del todo - Barón Corvo)

10 comentarios:

  1. gestos con los que sabes que vas a ganarte a alguien...como molan...!:)

    ResponderEliminar
  2. Hola...De nuevo siguiendo el rastro de tus migas...

    Me gusta esa rubia que se suelta el pelo.

    besos

    ResponderEliminar
  3. Despertares con tacones que rozan el corazón,pero el movimiento de melena es un arma letal.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Ella si que tenia el dominio, seguro tiene una belleza que atrapa :)

    Besos*

    ResponderEliminar
  5. Me encanta tu forma de escribir y como dices, la infidelidad es contagiosa (no podría estar más de acuerdo).
    La foto es preciosa y supongo que Venecia también lo hará sido.
    Un saludo enorme (te vuelvo a seguir otraa vez, de verdad, no sé que le pasa a blogger :S)

    ResponderEliminar
  6. Precioso relato y bonita foto.

    Besos.

    ResponderEliminar
  7. me encanta el detalle de "un martini, rubia?" :)

    ResponderEliminar
  8. Qué precioso fragmento el que habla de Venecia. Hasta me dan ganas de leerme el libro entero, porque es un libro, ¿verdad?

    ¡Besitos, hermosa!

    ResponderEliminar

LOCURA(S)