8/21/2011

Tenía la boca seca, como si hubiera masticado tiza.




A Moira le gustaba levantarse la primera las mañanas de domingo. Después de caminar de puntillas por el salón hasta la cocina, sentía que todo era nada más que suyo cuando abría el cajón de las galletas y tenía instantes grapados para elegir qué iba a combinar con la piña que el doctor le había recetado en ayunas. La combinación no era desde luego fácil, las rodajas amarillas pasaban lijando su lengua y provocando una sensación de hinchazón que la enmudecía durante el resto de las horas hasta el almuerzo.
Lo que más le gustaba de todo era calzarse las zapatillas de salir corriendo y apretarse los cordones tan fuerte que no quedase ni una gota de sangre entre su tobillo y el dedo gordo; así al menos tenía asegurado que hacerse mayor no entraba dentro de sus planes.





El otro día leí un dato que me acabó de corroborar algo curioso. Según un estudio, el 62% de la población opina que si alguien encuentra dos llamadas perdidas del mismo número en su móvil está obligado a devolver la llamada porque se supone ya has contactado con él. Me explico: seis de cada 10 personas creen que si llaman dos veces a alguien y no lo encuentran, en realidad éste sí sabe que le buscas. Sin duda, esto es lo que menos me gusta de los móviles, las presunciones.

A ver, si no te encuentras, no te encuentran. Antes, cuando solo había fijos, no te fiabas del hermano ni de la madre. Llamabas y rellamabas hasta hablar con la persona. Os he de confesar que, a veces, añoro tanto los teléfonos fijos... Sobre todo, aquellos de disco giratorio. (...)

Los teléfonos fijos de disco me encantaban por una única razón. Y tiene que ver con lo complicado que era
hacer o no hacer la llamada. Recuerdo lo que costaba marcar cinco números, escuchando el sonido del disco volviendo cada vez. Y al sexto número finalmente colgabas, te dabas cuenta que no te atrevías. Que épicas son las primeras llamadas a alguien.

Necesitabas tanta fuerza y coraje para marcarlos todos. Y aquel ruido del disco era el sonido de la heroicidad. Ahora, si llamas y cuelgas, creen que es una perdida y te la devuelven.

Así que os he de confesar que a veces, aunque tenga el número memorizado, lo marco y mentalmente escucho el
crack crack y me vuelvo a sentir un héroe.
(Dos perdidas, una recibida - Albert Espinosa)

24 comentarios:

  1. Tus imágenes me han llenado de frescor de piña y hierro de sangre la cabeza, y eso es buenísimo para este verano. Precioso de sensibilidad.
    ¿Perdidas?
    Odio llamar a alguien que no contesta, o peor, que nunca llama...

    ResponderEliminar
  2. Yo siempre tengo el móvil desconectado, así que no me afecta.

    Saludos y un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. qué bien volver de vacaciones y pasar de nuevo por aquí :)

    ResponderEliminar
  4. Me levanto el último los domingos, me encanta la piña y no me provoca sensación de hinchazón, me gustan las zapatillas muy sueltas, que apenas me aprieten...me llevaría bien con Moira, seguro.

    No sé que decirte ya que no te haya dicho...que estas migas tienen un 'algo' muy pero que muy especial...

    un beso.

    p.d
    ah, me encantan los spaghetti al pesto de berenjena...

    ResponderEliminar
  5. Que manera de imaginar y crear historias como estas. Me ha gustado :)

    ResponderEliminar
  6. para mí la piña es sinónimo de recreos, de infancia
    y es que al volver a ser un poco niños nos sentimos unev poco héroes...

    ResponderEliminar
  7. Qué bueno. Recuerdo que mi abuela, cuando vivía en una casa que ya no existe, tenía un teléfono ed disco. En el pasillo, para más inri, así que además del resto de inconvenientes, si finalmente llamabas tenías que hablar de pie. A mí me encantaba usar ese teléfono, la incertidumbre de que sonara y no supieras quién llamaba... todo eso se ha perdido, y en mi opinión es una pena.

    ResponderEliminar
  8. La piña y esa niña corriendo por las mañanas de domingo, preciosa
    Saludos blogueros

    ResponderEliminar
  9. Muy curioso lo del teléfono!! Por cierto me ha encantado la canción de tu blog, es la combinación perfecta junto con tus palabras!


    Te dejo un beso enorme:)

    ResponderEliminar
  10. Jajaja, qué texto tan conmovedor de Espinosa. Me encantó.

    Un besazo, guapísima :D

    ResponderEliminar
  11. hermoso!
    yo tampoco quiero crecer... y eso que soy grande, y sigo... :(

    (siempre es bello leerte)

    ResponderEliminar
  12. Me encanta desayunar un gran tazón de leche con cereales. Es mi gran momento del día. Mirando por la ventana hacia las montañas. Qué sensación de paz y VIDA.

    P.D: Uno de los teléfonos de mi casa es rojo y tiene el disco!

    ResponderEliminar
  13. Aunque la piña sea diurética y las galletas laxantes, este relato es todo menos que una cag... ejem.-... :)

    Si esa niña, a pesar de los planes, consigue crecer, ya no tendrá que llamar a nadie ni se encontará perdidas (perdida tal vez sí).

    Esos aparatejos (ya integrados con las redes sociales) que nos venden para comunicarnos mejor, en realidad nos alejan cada vez más.

    ResponderEliminar
  14. Que estudio tan curioso :S
    Moira tiene el mismo habito que yo de andar descalza.

    ResponderEliminar
  15. yo peco de ezquizoide
    hace unos dias que me llamaron en menos d emedia hora 17 veces...
    se que es cruel no contestar pero... a veces si no te contestan mas de tres que quiere decir pa ti...¿?

    en fin
    que tuve que ser educada y dejar las presunciones y devolvi la llamada para que no digas...


    salir del apartamento me lleva a sitios maravillosos como este

    ResponderEliminar
  16. Vine siguiendo tus migas, y me encontré este blog muy interesante.
    Y a me apunté como seguidor, la invito a que venga a mi blog
    http://lahuelladelojo.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  17. Vine siguiendo tus migas, y me encontré este blog muy interesante.
    Ya me apunté como seguidor, la invito a que venga a mi blog
    http://lahuelladelojo.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  18. Me ha encantado el texto de Albert :) Muy fuerte se aprieta los cordones! ;D

    ResponderEliminar
  19. me ha gustado mucho la entrada, lo de las rodajas de piña, yo también la como los domingos a la mañana, una costumbre que me hace sentirme mejor y nose ni porque.
    Lo de los telefonos me ha parecido divertido, me ha gustado
    un besito

    ResponderEliminar
  20. Tal cual! Antes llamar era un acto heroico!!
    Me encantó!
    Un placer ser una nueva seguidora!

    (M)

    ResponderEliminar
  21. Oh!Me gusta y me quedo un poco, si no te importa.

    Domingos de locuras!

    ResponderEliminar
  22. Esta de Espinosa ya la habías publicado, ¿no? ¿O estoy alucinando?
    Igual es majísimo :D

    Te mando muchísimos besos, hermosa.

    ResponderEliminar
  23. Me ha encantado lo de andar descalza y comer fruta !!

    La verdad que si hay llamadas perdidas no llamo , si le interesa contactarse conmigo volverá a llamar , o a lo mejor lo hago por no gastar ? jaja.

    Me encantaban los tel de disco , la verdad que llevaba mas tiempo llamar y era todo un acontecimiento.

    Un beso , cuidate .
    Nancy

    ResponderEliminar

LOCURA(S)