2/21/2011

Mi historia se convertía en la historia de la pluma con la que escribía...



¿Era esta la forma en la que quería que terminase?
A ratos, enfundada en uno de los trescientos pares de bailarinas que tenía en cajones desordenados de su habitación, parecía que a Alicia le entraban unas ganas irrefrenables de crecer. Intentaba maquillarse, a media tarde, unas ojeras que todavía ni cubrían los lunares de su nariz; puede que alguien le hubiese dicho que tenía que dejar de bailar.
Esa noche había salido a pasear, caminaba a pies juntillas sobre los bordes del paseo y se subía en los bancos de granito que encontraba, a veces se giraba y entre su pelo perfectamente ordenado esbozaba una sonrisa al transehúnte con el que acababa de chocarse.
¡Pum! Encontró su agujero y allí cayó, cayó mientras a todos lados flotaban extraños objetos, uno de cada mundo por el que correteaba cada día de la semana. Vaciló un instante, no sólo tenía un lugar, también tenía un tiempo medido. La falda revoloteaba, le llegaba hasta la cara enseñando el rastro de una ropa interior que pecaba de pícara. Pero allí volvía a ser ella la que ponía las reglas.
Todavía formaba parte de aquellos que sabían que vivían en la vía láctea.



Bisogna scrivere sotto la pelle. Bisogna che parole d'amore si fondano con i nervi, che frasi luminose ci illuminino l'encefalo come fuochi d'artificio, che storie d'avventura ci infettino il sistema nervoso e lo stomaco. In una università americana hanno insegnato a scrivere a un "macacus resusu", con le sue mani tozze e maldestre ha vergato con fatica su un foglio una sola parola: banana. Io ogni giorno scrivo banana. Lo scrivo poco, perché scrivendo tanto sbaglio... (Fa un po' male, Ammaniti)


Hace falta escribir con la piel. Es necesario que las palabras de amor se fundan con los nervios, que las frases luminosas nos iluminen el encéfalo como fuegos artificiales, que las historias de aventura nos infecten el sistema nervioso y el estómago. En una universidad americana han enseñado a escribir a un "Macacus Resusu", con sus manos toscas y torpes ha conseguido plasmar en un folio una sola palabra: banana. Yo todos los días escribo banana. Pero lo escribo poco, porque escribiendo tanto me equivoco... (Niccoló Ammaniti - Fa un po' male)

6 comentarios:

  1. Si con una caida entrara en razon.

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  2. "La falda revoloteaba, le llegaba hasta la cara enseñando el rastro de una ropa interior que pecaba de pícara. Pero allí volvía a ser ella la que ponía las reglas."

    es genial ese cachito!:)
    muy buen texto!
    muah

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  3. Me encanta tu blog!
    Siempre que te leo, despues, tengo la sensación de poder comerme el mundo
    Te sigo.

    Un saludo

    PD:soy nueva en esto... pasate por mi blog si quieres :)

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  4. algunos dirian metete las reglas por el ...

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  5. "Hace falta escribir con la piel." yo digo que en cada escrito uno deja un pedacito de vida, un pedacito de cielo.

    Un abrazo.

    Si tienes un momento. Pasate por mi blog :)

    http://monologosalespejo.blogspot.com/

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