8/29/2020

WHAT IF


 

Quiero ser tu buena mala influencia. Esa que te acorta las horas de sueño a cambio de madrugadas de ilusión, la que desordena tus hábitos y tus sábanas, esa que sin darte cuenta te roba una sonrisa que llega hasta el esternón. La que te deja un surco después de bebértela de un trago, como el café; y con la que no quieras un rato más, pero sí muchos minutos de complicidad. Esa que te saque de tu zona de confort, con la que no sepas cómo actuar pero sí cómo ser, la que te proponga un abismo y a cambio le des un baile de alas. Quiero ser tu buena mala influencia y llevarte a Volar hasta que sólo sientas libertad y vértigo de felicidad en tus entrañas. 


Porque quien no arriesga, no vive, no ama, no sufre, no gana ni sangra.


> ¿Sinvergüenza? ¡Sinvergüenza! Me gusta cómo suena... Por eso te gusto: Por que no ha habido demasiados sinvergüenzas en tu aburrida vida...» —Han Solo a Leia - Star Wars V 

8/09/2020

Mixto con huevo



Recorría con su dedo una y otra vez las espirales del mantel rosa fucsia donde reposaba su ordenador, éste esperando que se dignase a escribir una sola palabra mientras que el té con leche se enfriaba a su lado al mismo ritmo que su estómago se contraía presagiando que los días de abrigos de peluche habían terminado. 
Involución. Revolución. Evolución. 
Era como si Cas estuviese pintando de nuevo su cara sobre el mantel, recorriéndola con los dedos como solía hacer a altas horas de la madrugada pretendiendo apuntalar en su mente cada peca de su nariz, cada gesto de su ceja, cada arruga de sus ojos.
Le gustaba recordar cada momento bonito de instantes efímeros agarrándolos como clavos ardiendo con esa manía ancestral que tenía de quedarse sólo con todo lo bueno y es que, al fin y al cabo, lo mágico de los recuerdos es que los moldeamos como a cada uno le apetece y son ellos los que nos marcan nuestro estado de ánimo y nuestras acciones futuras. Curioso, ¿verdad?  Somos el producto del recuerdo que nuestra mente moldea a su antojo. Y a partir de ahí, el resto del camino.


Y últimamente ni siquiera soporto la cara que veo en el espejo. Mirad, cuando te haces mayor en la vida, hay cosas que se van. Vamos, eso es parte de la vida. Pero solo aprendes eso cuando empiezas a perder esas cosas. Descubres que la vida es cuestión de pulgadas, así es el fútbol. Porque en cada juego, la vida o el fútbol, el margen de error es muy pequeño.
(Un domingo cualquiera)