Jen no se había imaginado que en Helsinki el sol siguiese en pie a las cuatro de la tarde, tampoco se había imaginado verlo aparecer en esas tres semanas de trabajo que tenía allí. Le habían dicho que allí sólo había nieve.
Su jefe, un chico de unos cuarenta años en buena forma física, moreno y guapete, la había acompañado para terminar la fusión con una de las compañías líderes de Escandinavia. Su plumífero rojo hasta las rodillas era todavía demasiado gordo para las bajas temperaturas del áun veraniego septiembre, alrededor de la ciudad los pastos estaban verdes y los ríos hacían eco a su paso por las cascadas.
Al llegar al hotel aquella noche, en su habitación de paredes grises y cojines adamascados, se había encontrado a una mujer menuda deshaciendo su cama y de la que pudo entender las cuatro palabras en finés que le habían intentado enseñar en un curso express. Se desnudó completamente y se tiró encima del sofá que tenía delante de una mesita de cristal, sobre ella sólo resbalaba la bata de seda rosa palo que marcaba cada una de sus curvas.
Vio cómo se comía el mundo.
Ahora.
Se quedó dormida. Aprovechaba para saltar océanos de un solo paso con esa estabilidad emocional tan envidiada. ¿Tratando de convertirse en eso que siempre había anhelado? Un día soño qué era lo que realmente quería ser, pero se levantó sólo sabiendo en lo que no le gustaría volverse, no sabía que tenía ya bastante ganado.
Ahora.
Porque mañana, igual, volverá a caer. Porque el globo aerostático en el que viaja puede desincharse de un momento a otro. Y en ese instante, si consigue tener más amigos que su espejo ya será afortunada, porque aunque el ego sea un importante compañero no hace nunca de suficiente sustento.
Ahora.
Algunos científicos argumentan que, debido a su abundancia, el hidrógeno es el bloque básico con el que el universo está construido. Estoy en desacuerdo. Pienso que hay mucha más estupidez que hidrógeno, y que por lo tanto la estupidez es el bloque básico con el que el universo está construido".
(Frank Zappa)